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ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Título original: Babies
Dirección: Thomas Balmès
País: USA Año: 2011 Género: Documental Idea Original: Alain Chabat
Guión: Thomas Balmès Producción: Chez Wam, Alain Chabat, Amandine Billot, Christine Rouxel Reparto: Los bebés: Ponijao (Namibia), Mari (Japón), Hattie (Estados Unidos), Bayarjargal (Mongolia).
Música: Bruno Coulais
Duración: 79 min. Montaje: Craig Mackay, Reynald Bertrand Distribuye: Karma films Fecha de estreno en España: 29/04/2011
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SINOPSIS
Este documental sigue a cuatro bebés de alrededor del mundo desde su nacimiento hasta que dan sus primeros pasos. Los niños son: Ponijao, que vive con su familia cerca de Opuwo, Namibia; Bayarjargal, que reside con su familia en Mongolia, cerca de Bayanchanamani; Mari, que vive con su familia en Tokio, Japón y Hattie, que reside con su familia en San Francisco, Estados Unidos. Bebés captura en la película las etapas más tempranas del viaje de la humanidad, que son absolutamente únicas y universales a todos nosotros.Bebés nos propone compartir un desafío excitante: seguir muy de cerca a cuatro bebés en cuatro países diferentes entre sí, desde su nacimiento a sus primeros pasos.
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CRÍTICAS
[Carmen Lucena. Cinemanet]
La única película en la que cuando los protagonistas lloran, el espectador ríe a carcajadas
Siempre me ha hecho gracia la expresión “el cine de ver crecer la hierba” refiriéndose a las películas lentas y de público, obviamente reducido. Reconozco que a mí sí que me gustan, pero creo que no pongo subjetividad cuando digo que Bebés, que es una película de “ver crecer a cuatro bebés”, es un documental impresionante acerca de los primeros momentos en el exterior de cuatro criaturas muy distintas en sus circunstancias pero semejantes en todo lo demás.
Mari, la pequeña japonesa, es una niña con carácter. Es hija única y vive rodeada de todo lo necesario. Desde que nace, está rodeada de máquinas, luces, juguetes. Es el centro de atención en su casa, es revoltosa y se divierte sola. Llora y se retuerce cuando no es capaz de enganchar un juguete de discos con un palitroque, una de las escenas más cómicas en mi opinión de la cinta.
Ponijao es un niño feliz, que investiga, que convive muy estrechamente con su madre y con otros niños, y disfruta mucho con pequeñas e insignificantes cosas. Es el primero de los cuatro en gatear, no tiene miedo a ponerse en pie y a dar sus primeros pasos… Es un niño feliz que nos arranca muchas sonrisas con sus gestos, sonidos y ocurrencias.
Bayarjargal, el pequeño de la familia mongola, es el que más risas y admiraciones acaparó en la premiere. Físicamente con unos mofletes de catálogo y rollizo (la envidia de todas las abuelas) es un niño muy juguetón y espabilado. Pese a su falta de movilidad (lo tienen empaquetado hasta pasados algunos meses y cuando empieza a gatear, lo atan con una cuerda a la pata de la cama), es muy espabilado y tiene todo tipo de recursos para disfrutar de lo que tiene a su alrededor. Experimenta con el agua, con un bidón, con el gato, con las cabras… Y aunque es el que más tarde (en la cinta) se atreve a andar, gatea que se las pela. Tiene gestos muy auténticos y sin duda se nota que es un niño muy querido, incluso por su hermano, aunque le arranque los únicos llantos que le vemos experimentar.
La californiana Hattie es pura ternura, aparte de ser muy tierna en sus gestos es muy meticulosa y tranquila. Sus padres la atienden, pero también experimenta la soledad del hijo único (cuando está colgada en el columpio elástico en casa, por ejemplo…). Vive también pequeñas aventuras, como cuando la tiran desde un tobogán con su triciclo (también muy divertido)… pero hace algo que no vemos en ninguno de los otros tres. En un jugueteo con su madre, le da un manotazo y se queda tan tranquila, y su madre no la regaña, sino que bromea. No es que le falte disciplina, porque al ser tan pequeños, ninguno de ellos hace cosas como para regañarles demasiado, pero quizás al tener de todo, al ser todo tan cómodo, uno se llega a plantear que la niña va a hacer en un futuro lo que le de la gana (manifestado ahora en un manotazo a su madre). También hace lo que le da la gana en la clase de gimnasia, al intentar escaparse… Es resuelta, y manifiesta de vez en cuando su rebeldía contra todo eso que tiene.
Hay muchos puntos desde donde mirar esta gran película. Sociológicamente hablando plantea una interesante reflexión acerca de la diferencia de culturas en algo tan básico como es la venida al mundo de una nueva vida, las actividades de los bebés, su relación con la naturaleza, con los animales, con otras personas… Mientras Ponijao o Bayarjargal crecen en medio de la nada con animales y cosas que a priori, en el mundo occidental “civilizado” no son aptas para niños (el africano no duda en investigar la dentadura de un perro o lamer unas piedras, y el mongol atiza a las cabras desde antes de gatear sin temor a nada) vemos que las niñas Mari y Hattie crecen entre almohadones y lloran con cualquier cosa que les suponga un problema.
El llanto y la risa en los distintos niños es un aspecto muy interesante. Todos ellos lloran, pero cada uno por unas cosas. Los chicos (en este caso, ambos viven en asentamientos alejados de ciudades, uno en África y otro en Mongolia) lloran tan solo cuando tienen una disputa con sus hermanos mayores (más que disputa, cuando dichos hermanos aprovechan para juguetear con manotazos infantiles). Las niñas, la japonesa y la americana, lloran por frustraciones con los juguetes, por pasotismo parental o porque sí… La risa es muy común en los dos primeros y menos en las chicas “modernas”.
La fotografía de este documental está muy cuidada y es admirable la naturalidad de los planos y de la producción en general al tratarse de unos personajes como son cuatro recién nacidos. La riqueza de paisajes, situaciones, luces, y matices de los personajes, hacen de este documental un bonito retrato de esas cuatro culturas. El uso natural y tranquilo de los enfoques relajan a un espectador acostumbrado al estrés de imágenes de la televisión y resto de películas.
[Decine21]
Antes de caminar.
Ponijao, Mari, Bayarjargal, Hattie. Epembe, Namibia. Tokio, Japón. Mongolia. Oakland, California, Estados Unidos. Cuatro bebés, niñas, en distintas partes del globo, desde su nacimiento hasta que arrancan a dar sus primeros pasos.
Tal es el contenido de este singular documental, un sincero canto a la vida y la maternidad dirigido por Thomas Balmès, que ha hecho suya la idea original de Alain Chabat. Las cámaras han seguido a papás y criaturas durante el tiempo mentado, y las muchas horas de filmación han permitido entregar un film de bellas imágenes con momentos muy naturales -aunque se abuse a veces del naturalismo-, que despierta ternura y sonrisas, aunque también consigue agotar.
Hay ideas simpáticas, y hasta el más duro puede conmoverse con un bebé al que hace rabiar su hermanito, el reconocimiento de la mamá que acaba de llegar a casa, las experiencias con distintos animalitos mostradas en montaje paralelo. También podemos ser testigos de distintas costumbres, como la de la tribu himba, donde la madre embarazada se unta el vientre con una tintura roja, o aquella otra que se succiona la leche materna de sus pechos, para luego dársela al crío con el biberón.
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Me parece una maravillosa idea, espero con ancias que llegue a Mexico. Los cortos me hicieron reir mucho ypensar en mis hijas, en tantas cosas que hemos disfrutado y otras tantas que me he perdido por cuestiones de tiempo. Los niños son maravillosos, sin ellos nosotros no seriamos nada pues ellos nos inpulsan a seguir adelante a ser mejores personas.