Entretenida combinación de magia y atracos en un argumento donde el espectacular y prometedor comienzo pierde su estilo e identidad en un desvío abrupto hacia los convencionalismos más impersonales del cine de acción. Aun así, el reparto y buenas dosis de ingenio mágico solventan la papeleta.
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ESTRENO Título original: Now you see me. |
SINOPSIS
“Los Cuatro Jinetes” es un famoso grupo formado por los mejores ilusionistas del mundo. Durante sus actuaciones llevan a cabo una serie de arriesgados atracos contra hombres de negocios corruptos, haciendo llover el dinero robado sobre su audiencia ante los atónitos ojos de un equipo de élite del FBI que les sigue la pista.
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CRÍTICAS
[Jeronimo José Martín – COPE]
En 2006 se estrenaron dos notables películas ambientadas en el siempre fascinante mundo de la magia: «El truco final (El prestigio)«, de Christopher Nolan, y «El ilusionista», de Neil Burger. Siete años después da continuidad al subgénero «Ahora me ves…», entretenido thriller del parisino Louis Leterrier («Danny the Dog», «Transporter 2», «El increíble Hulk», «Furia de titanes»), que intenta añadir a la fórmula el atractivo de los robos sofisticados, al estilo de los descritos en la saga iniciada con «Ocean’s Eleven», de Steven Soderbergh. Leterrier sólo lo consigue a ratos.
Reunidos misteriosamente por un “quinto hombre” y apadrinados por el magnate Arthur Tressler (Michael Caine), se presenta a lo grande en Las Vegas un grupo de sofisticados magos que se hacen llamar Los Cuatro Jinetes. Ellos son el ilusionista J. Daniel Atlas (Jesse Eisenberg), la escapista Henley Reeves (Isla Fisher), el mentalista e hipnotizador Merritt McKinney (Woody Harrelson) y el timador de cartas Jack Wilder (Dave Franco). Y allí inician, con el espectacular robo en directo de un banco francés, una serie de tres números delictivos contra empresarios corruptos, supuestamente con el fin de devolver el dinero a los ciudadanos engañados. Mientras intenta desvelar sus trucos el ex mago Thaddeus Bradley (Morgan Freeman) —ahora convertido en estrella televisiva—, persiguen a estos modernos y populares Robin Hood el oficial del FBI Dylan Hobbs (Mark Ruffalo) y la agente francesa Alma Dray (Mélanie Laurent), de la Interpol.
“Cuanto más cerca mires, menos verás”. Sobre esta inquietante idea edifican su guión Edward Ricourt, Boaz Yakin y Ed Solomon, que dibujan hábilmente al cuarteto protagonista con un halo de idealismo, enriqueciendo así la trepidante sucesión de escenas de acción con ciertas críticas sociales aparentemente incisivas. Además, equilibran bien el drama, la comedia y la intriga, lo que aporta ciertos brillos a las interpretaciones del espléndido reparto y a la espectacular recreación de los alucinantes números de magia de Los Cuatro Jinetes.
Pero, como sucede a menudo con este tipo de películas, los alambicados giros del guion acaban por agotar, y el sorprendente desenlace resulta abrupto y decepcionante, pues obliga al espectador a cuestionarse la coherencia de toda la trama, sólo evaluable en un segundo visionado del filme. Además, todos los iniciales apuntes dramáticos se van diluyendo en un tono cada vez más insustancial, que debilita la entidad y cercanía de los personajes. Por otra parte, la puesta en escena de Leterrier resulta un tanto mareante y confusa, al igual que la enfática banda sonora de Tom Rowlands y Ed Simons.
A pesar de sus defectos, «Ahora me ves…» es un producto entretenido y para un público amplio, apropiado para estas fechas veraniegas. Pero no deja ningún poso, quizás porque sólo pretende ser un aparatoso fuego de artificio, sin duda deslumbrante, pero al que le falta alma, es decir, magia de verdad.
[Ramón Ramos, Colaborador de CinemaNet]
El director Louis Leterrier, forjado en el cine de acción con títulos como «Transporter», «El increíble Hulk» o «Furia de titanes», se embarca esta vez en «Ahora me ves…», un thriller que entremezcla los mundos de los ilusionistas y los atracadores de bancos. Un grupo de cuatro magos independientes son reclutados por un misterioso mecenas para cometer una serie de robos durante sus actuaciones en público. La propuesta es atractiva y el resultado muy vistoso.
Le falta quizá un mayor calado en el trazado de los personajes, que podían dar más de sí. No obstante se mitiga en parte esa carencia con un elenco de actores carismáticos, y es que hay un buen grupo de caras conocidas en la pantalla: Morgan Freeman y Michael Caine ya hacen subir bastante el nivel. Los cuatro ilusionistas llevan los rostros de Woody Harrelson, haciendo de mentalista, un personaje pasado de vueltas hecho a su medida, Jesse Eisenberg, protagonista de «La red social», en la piel de un mago muy hábil con las cartas y el ego por las nubes, Dave Franco, el hermano menor de James Franco, visto recientemente en «Memorias de un zombie adolescente», da vida aquí al más novato del cuarteto, y finalmente Isla Fisher, actualmente en cartelera con «El Gran Gatsby», pone el toque femenino en el equipo mágico. Les persiguen un agente del FBI y otro de la Interpol interpretados respectivamente por Mark Ruffalo, el Hulk de «Los Vengadores», y Mélanie Laurent, la actriz revelación de «Malditos bastardos» y «El concierto».
Se echa en falta que se exploten más las cualidades de cada uno de los magos. El mejor aprovechado es el mentalista. La chica se ve haciendo un número de escapismo al principio pero después no se desarrollan demasiado sus aptitudes en el transcurso de la trama. Sin embargo, la película mantiene el interés durante todo el metraje entre trucos de magia, persecuciones policiales y giros de guión inesperados. Un cóctel sugerente y entretenido cuyo resultado final deja la sensación de que podría haber dado más de sí, pero que con todas y con esas se deja ver con agrado y tiene su punto de interés, especialmente para aquellos con cierta apetencia por conocer la trastienda de los trucos de magia.
[Enrique Almaraz, Colaborador de CinemaNet]
Dos entretenidas ramas del cine son precisamente la magia y los robos. La primera, por el interés popular, a la vez del desconocimiento, que genera y la segunda, por el despliegue del ingenio. Con este punto de partida, la mezcla de ambas y bajo la varita de Louis Leterrier ha resultado la intriga de «Ahora me ves…», frase arquetípica de la prestidigitación donde las proporciones de un número espectacular pueden tener consecuencias importantísimas en las finanzas de los malhechores y en pro de la justicia.
Los cuatro mejores magos del mundo son requeridos por una extraña presencia para actuar juntos bajo el nombre de “Los Cuatro Jinetes”. Más adelante se sabrá de la conexión de cierta organización secreta, selectísima y milenaria, “El Ojo”, a la que los protagonistas desean acceder en un camino nada sencillo. El arranque es muy espectacular y promete bastante más de lo que con su desarrollo ofrece la película, donde los magos J. Daniel Atlas (Jesse Eisenberg), Merritt McKinney (Woody Harrelson), Jack Wilder (Dave Franco) y Henley Reeves (Isla Fisher) apenas explotan sus habilidades individuales, pero como equipo les funciona de maravilla para poner en jaque a sus objetivos y a las fuerzas del orden. Al FBI y la Interpol pertenecen, respectivamente, Dylan Rhodes (Mark Ruffalo) y Alma Dray (Mélanie Laurent), dos estilos de conducta contrapuestos. El reparto gana enteros con la presencia de grandes veteranos de lujo como Michael Caine y Morgan Freeman. El primero, en la piel de un corrupto millonario promotor del cuarteto a quien se le vuelve la situación en contra y el segundo, como un mago especialista en desenmascarar estafadores, quien contempla el panorama entre el reto personal y el divertimento ante el asombro de los investigadores.
La explicación de ciertos trucos no vence al aplauso de dichos números, pero ese halo de clase y espectáculo inicial pierde buena parte de su esencia cuando las persecuciones a pie y en coche hacen su aparición: buenas ideas abducidas por los parámetros comerciales. Al margen de esto, se trata de una correcta película con virtudes que pueden ser rescatadas de esa espiral un tanto impersonal en la que la convierten sus escenas de acción y hasta su final, tramposo, como suele suceder con esta temática. Y es que en esta otra gran ilusión sobre la mentira, el cine, la magia auténtica está al alcance solamente de unos pocos.
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