La película es una comedia de enredo, de tono bastante clásico, y que cuenta con una producción bastante costosa, ambientada en diversas partes del mundo, desde la profunda África negra hasta la fría Rusia. Detrás del encadenamiento de disparates que nos brinda el guion, se propone el valor del amor para toda la vida, y se critica el uso de las personas como medio y no como fin. El tono es bastante blanco, fresco, y a menudo hilarante. A pesar de no ser tan redonda como otras comedias francesas recientes, el resultado es muy grato y positivo.
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ESTRENO Título original: Un plan parfait. |
SINOPSIS
En la familia Lefebvre todos los primeros matrimonios resultan ser un fracaso. Para evitar la maldición con su novio, Isabelle Lefebvre prepara una estrategia: encontrar un primer marido. Un plan infalible, excepto cuando el objetivo es Jean-Yves Berthier, redactor de la guía del mochilero al que va a seguir desde el Kilimanjaro hasta Moscú. Deberá seducirlo por todos los medios, casarse con él y, sobre todo, divorciarse.
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CRÍTICAS
[P.J. Armengou Freixa, CinemaNet]
Como todas las mujeres de su familia, Isabelle (Diane Kruger), está condenada a ver fallar su primer matrimonio, y triunfar con el segundo. O al menos eso demuestra la infausta historia familiar. Así que cuando Isabelle cree haber encontrado al hombre de su vida y decide comprometerse con él, debe recurrir a un plan disparatado: casarse con otro hombre para seguidamente divorciarse. Pero todo se complica cuando aparece en escena Jean-Yves Berthier (Dany Boon), un bobalicón redactor de una guía de viajes, y el desafortunado elegido para ser el primer y fugaz marido de Isabelle.
La historia plantea, casi sin quererlo, una dicotomía entre el amor entregado y el «amor» de uso. Mientras que la protagonista encarna un personaje ciertamente egoísta, capaz de usar a los demás para sus propios fines; la figura de Jean-Yves, por su sencillez y simplicidad, es lo contrario, aunque ralla la estupidez. Lo cual, de hecho, es lo que confiere comicidad al personaje. Al final, la búsqueda de Isabelle de un marido postizo, muta en una pregunta: ¿Qué requiere el amor para toda la vida? Ante esta pregunta (no destriparemos la historia) la película adquiere un tono más interesante y positivo.
Con el argumento de la supuesta maldición familiar y el marido provisional, a primera vista una temática original, la película promete unas expectativas cómicas que no logra alcanzar. Prácticamente toda comedia francesa es una delicia, pero Llévame a la Luna, no logra el nivel de otros films del género. La película se aleja de las comedias a las que nos tiene acostumbrados la industria cinematográfica gala, y se acerca más al prototipo de comedia romántica americana. La torpeza del protagonista y el enredo amoroso son sus principales ingredientes y el actor Dany Boon el pilar que los sostiene.
La interpretación de Boon, actualmente el actor mejor pagado en Francia, es lo mejor de esta comedia que se hace olvidable a los pocos minutos de salir de la sala de cine. El actor francés soporta todo el peso cómico de la película y consigue exprimir al máximo el potencial humorístico de su personaje, que denota un guión flojo. Diane Kruger interpreta con soltura el personaje de Isabelle, pero no consigue evolucionar cómo lo hace este, y aboca a la pareja protagonista a cierta falta de química a medida que avanza la película.
Con todo, Llévame a la luna deja en el paladar la sensación de haber pasado un buen rato, pero también una cierta insatisfacción y tibieza.
[Juan Orellana, COPE]
El director Pascal Chaumeil, que debutó con una comedia romántica Los seductores, afronta ahora su segundo largometraje aprovechando el tirón del famoso cómico Dany Boon, aclamado por sus brillantes trabajos en Bienvenidos al Norte, Nada que declarar o Micmacs. Como guionista y productor ha contado con Laurent Zeitoun, productor de la exitosa Intocable. Para completar un producto resultón le han dado el papel protagonista a la alemana Diane Kruger, una de las actrices más valoradas del momento.
El argumento se centra en Isabelle (Diane Kruger), una mujer que tras diez años de noviazgo quiere casarse y tener hijos. Pero hay un problema. Sobre las mujeres de su familia pesa una maldición: sólo el segundo matrimonio dura para toda la vida. Para dar esquinazo a esa maldición, decide buscar a alguien al azar con quien casarse y divorciarse rápidamente, y luego casarse con su querido novio Pierre (Robert Plagnol). En un viaje conoce a Jean-Yves (Dany Boon), un redactor de guías de viajes, que le parece lo suficientemente tonto como para caer en su trampa.
La película es una comedia de enredo, de tono bastante clásico, y que cuenta con una producción bastante costosa, ambientada en diversas partes del mundo, desde la profunda África negra hasta la fría Rusia. Detrás del encadenamiento de disparates que nos brinda el guion, se propone el valor del amor para toda la vida, y se critica el uso de las personas como medio y no como fin. El tono es bastante blanco, fresco, y a menudo hilarante. A pesar de no ser tan redonda como otras comedias francesas recientes, el resultado es muy grato y positivo.
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