Soy Leyenda
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Dirección: Francis Lawrence. País: USA. Año: 2007. Duración: 101 min. Género: Drama, ciencia-ficción. Interpretación: Will Smith (Robert Neville), Alice Braga (Anna), Dash Mihok (Macho Alpha), Salli Richardson (Zoë), Willow Smith, Charlie Tahan (Ethan). Guión: Mark Protosevich y Akiva Goldsman; basado en la novela de Richard Matheson. Producción: Akiva Goldsman, James Lassiter, Erwin Stoff, David Heyman y Neal Moritz. Música: James Newton Howard. Fotografía: Andrew Lesnie. Montaje: Wayne Wahrman. Diseño de producción: Naomi Shohan. Vestuario: Michael Kaplan. Estreno en USA: 14 Diciembre 2007. Estreno en España: 19 Diciembre 2007. |
SINOPSIS
Robert Neville es un brillante científico, pero a pesar de esto no ha podido impedir la expansión de un terrible virus imparable, incurable y creado por el hombre. Neville, de algún modo inmune a este virus, es ahora el último superviviente humano que queda en la ciudad de Nueva York y quizás en el mundo. Durante tres años, Neville ha enviado todos los días mensajes por radio para encontrar otros supervivientes. Pero no está solo. Víctimas mutantes de la plaga ?los infectados? merodean en las sombras, vigilando cada uno de los movimientos de Neville, esperando que éste cometa un error fatal. Neville se ve impulsado hacia la única misión que le queda: encontrar la forma de dar marcha atrás a los efectos del virus utilizando su propia sangre inmune. Pero sabe que está en condiciones de inferioridad y que se le acaba el tiempo.
CRITICAS
Basada en la novela de Richard Matheson, se trata de su tercera adaptación cinematográfica. Una adaptación que ha tenido que esperar varios años para encontrar un equipo de producción definitivo. Los guionistas, primero Protosevich ("La celda", "Poseidon") y, después el consagrado Akiva Goldsman ("El cliente", "Batman forever", "Una mente maravillosa" o "Cinderella man"), que entró en el proyecto y rehizo parte del trabajo de su predecesor, han conseguido hacer creíble una realidad tan apocalíptica sobre el fin de la humanidad y el comienzo de una nueva.
El director, Francis Lawrence -que ya demostró su talento visual en "Constantine" y que se ha dedicado, sobre todo, a la producción musical y de vídeoclips- acompaña esa verosimilitud del guión con la fuerza de una imagen devastadora de la ciudad de Nueva York. A pesar de que la mayoría de la película se sustenta en un único personaje ?un Will Smith que sorprende en un papel de peso y casi en soledad-, el ritmo no decae y ningún elemento queda suelto o sin significado. De esa vida en solitario ?pero llena de lucha por la superviviencia y por solucionar un problema que parece imposible-, se extraen varios momentos a lo "Robinson Crusoe" o muy cercanos a su última versión en cine, "Náufrago".
Aunque el título sea "Soy leyenda" (en alusión al protaognista), quizá lo menos interesante sea esa idea. Temas como el instinto de supervivencia humana, la necesidad de relacionarse y comunicarse con personas, (muy significativas, sobre esto, son las escenas en las que Neville habla a maniquís que ha ido colocando en tiendas abandonadas), el trabajo y el tesón, pero también la esperanza e, incluso, el poder de la fe la configuran como un título interesante.
A pesar de la complejidad humana de la novela seminal de Richard Matheson, «Soy leyenda» (1954), el cine sigue tratando de adaptar el clásico a la gran pantalla. Ahora llega la tercera y más ambiciosa ?por lo tremebundo de la producción? de las versiones, con Will Smith como un improbable Robert Neville, único representante de nuestra raza en una Tierra desolada.
Durante los primeros minutos de proyección, el aficionado al fantástico deduce dos cosas: uno, que no va a presenciar una traslación fiel del texto de Matheson, ni mucho menos; dos, que está ante una revisitación de «El último hombre… vivo», la película de 1971 con Charlton Heston en el papel central, pasada por un filtro visual espectacular propio de los adrenalíticos tiempos que corren. Así que lo mejor es relajarse y dejarse llevar por un film que aparece como un narrativamente extraño híbrido entre un drama más o menos profundo y un vehículo de lucimiento del cada vez más poderoso y relevante ?comercialmente hablando? Smith. El argumento, salvo variantes, es de todos conocido: un virus letal ha arrasado el planeta. Tan sólo Robert Neville, científico militar implicado en el Apocalipsis desde su inicio, parece ser inmune a la plaga; pero no está solo, acompañado por unas criaturas de pesadilla, una suerte de vampiros ?sólo emergen en la oscuridad de la noche? ávidos de la sabrosa carne de los pocos humanos y animales que puedan encontrar. Si los hay, claro.
Decíamos que el resultado es extraño porque da la impresión de que los responsables han tratado de construir un drama con ciertas gotas de acción. Las obligadas concesiones inherentes a una superproducción rompetaquillas pasan por planos que redundan en la sublimación física del protagonista, que encuentra en una vacía Nueva York un fabuloso marco en el que emerger como nuestra última esperanza, carismático, encantador, perfecto. Por otra parte, encontramos momentos netamente publicitarios ?el prólogo, un anuncio automovilístico en sí mismo? y decididamente ostentosos ?los innecesarios flashbacks que nos llevan una y otra vez al desalojo de Manhattan y al bombardeo del puente de Brooklyn?. Pero en definitiva, no son sino pinceladas de cara a la galería. Lo realmente importante en esta nueva visión reside en su calidad de drama de ciencia ficción, género en el que se enmarca con mucha más facilidad y naturalidad. Smith compone un personaje que encuentra en su realidad el fruto de su culpa, creyéndose erróneamente responsable de lo acontecido. Su anhelo por encontrar vida más allá de la suya regala los mejores momentos de la trama en la llegada de Anna (Alice Braga) y Ethan (Charlie Tahan), que le revelan como una especie de sociópata forzoso, incapaz de encontrar el camino para recuperar su sociabilidad; y una vez más, la obligatoriedad de mostrarse carismático echa por tierra la posibilidad de encontrar una hondura mayor en su interpretación de este héroe forzosamente legendario.
Las amenazantes criaturas no son sino meras comparsas aleatorias, creaciones digitales que recuerdan tanto por su aspecto como por sus movimientos al Sonny de "Yo, robot" (2004), la última aventura tecnológica del actor. Se añora, es innegable, la oscura y sucia humanidad de los infectados del texto original, rabiosos y llenos de odio, encabezados por un Ben Cortman aquí ferozmente presente aunque desdibujado ?y mudo…?. La conclusión y el cierre del film resultan un tanto atropellados, innecesariamente esperanzadores, como si la platea no pudiese encajar el mensaje originario; da más que pensar, realmente, qué problemas de producción pueden haber provocado que una de las propuestas más aparatosas del cine reciente presente un metraje tan ajustado, poco más de hora y media ?aunque, en realidad, es un punto a su favor?. Lo mejor es dejarse llevar por sus aciertos, encabezados por las inagotables visiones de la ciudad de los rascacielos solitaria y sobrecogedora, y seguidos de cerca por los momentos en los que Will Smith se identifica realmente con un Robert Neville desquiciado y desequilibrado, aunque estos instantes se vean solapados momentos después por su sumisión a la visión más simpática y encantadora, que no cómica, que todos tenemos de él.
me gustan todas las peliculas de neal moritz <<y me encantaria y hasta lloraria consiguiera un papel en la pelicula de rapido y furioso 5 .<<?***? es mi sueño..