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Dirección: Alejandro Monteverde. País: USA y México. Año: 2006. Duración: 93 min. Género: Drama. Interpretación: Eduardo Verástegui, Tammy Blanchard, Manny Perez, Ali Landry, Angélica Aragón, Jaime Tirelli, Ramón Rodríguez, Lukas Behnken. Guión: Alejandro Monteverde, Patrick Million y Leo Severino. Producción: Sean Wolfington, Alejandro Monteverde, Eduardo Verástegui, Leo Severino y Denise Pinckley. Música: Stephan Altman. Fotografía: Andrew Catalogo. Montaje: Fernando Villena. Diseño de producción: Richard Lassalle. Vestuario: Eden Miller. Estreno en España: 7 Noviembre 2008. |
SINOPSIS
José es una estrella del fútbol internacional que está a punto de firmar un contrato multimillonario cuando una serie de acontecimientos llevan su carrera a un trágico final. Una hermosa camarera lucha por hacerse un hueco en la ciudad de Nueva York cuando descubre algo de sí misma para lo que no está preparada. Ambos se encuentran en un momento en que sus vidas han tocado fondo… hasta que un simple gesto de amabilidad les une y convierte lo que podría ser un día cualquiera en una experiencia inolvidable.
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CRÍTICAS
Una camarera llega, por segundo día consecutivo, el tercero en una semana, tarde al trabajo. Esa mañana ha descubierto que está embarazada de un padre al que no quiere y que jamás entrará en esta historia. El dueño del restaurante la expulsa por sus retrasos continuados, sin escucharla. Ella salé corriendo y el chef decide seguirla e interesarse por ella. Así empieza la historia de una amistad que durará un par de días, que comprenderemos mejor por varios fash-backs y que requerirá un salto de unos pocos años al futuro para que comprendamos la resolución.
Sin efectismos, sin largos discursos, sin moralinas, sin más respuestas de las que tendríamos en la vida real, esta película nos muestra el valor de la vida, de la familia y de la amistad. Valores que, impregnados de humanismo cristiano, nos regalan en el drama de la vida cotidiana el milagro de adelantar pedacitos de cielo. Lo hace, además, sentándonos a la mesa familiar. En las cocinas del restaurante familiar se enreda la trama, pero es en todas las comidas siguientes, especialmente en la de la casa familiar, donde los problemas parecen menores y la felicidad llama a las puertas de los protagonistas.
Bella es la primera película de Metanoia Films, una productora que nace con la inquietud de devolver la dignidad a los inmigrantes latinos retratados en el cine de Hollywood. El estereotipo que pretende derrocar es el del latino como un hombre sin cultura, que aprecia poco la vida, marginal, dedicado a trabajos sin importancia o a actividades ilegales y pandillero. La realidad del inmigrante mexicano que nos presenta encarna los valores de la vida, la familia, la amistad, el trabajo sacrificado y el gusto por la buena comida, todos ellos arraigados en un cristianismo asumido y florecido al calor del hogar.
La película no pretende demostrar ideas, ni vender héroes, ni etiquetar personas. Sencillamente nos muestra un modo de afrontar la vida con acciones sencillas y con más silencios que palabras. Así, además de mostrar, propone. Y propone con una sencillez y un respeto que trasciende el guión e impregna todo el metraje: narración, imágenes, actores, localizaciones y banda sonora.
Disfruté de esta necesaria propuesta en un pase para distribuidoras y prensa. Si quienes tienen poder de decisión han disfrutado la mitad de lo que lo hice yo, pronto disfrutaremos de ella en salas españolas. Si no, no dejen de perdérsela en versión original. Consíganla como sea. Porque ésta es de esas películas tan discretas que no llegan a obra maestra; pero tan sencillas y edificantes que uno las recuerda toda la vida. Es, sencillamente, Bella y, por eso mismo, uno de esos relatos donde la vida se ensancha.
[Jerónimo José Martín, La Gaceta]
En los últimos meses, diversas películas importantes han criticado valientemente el aborto como solución políticamente correcta ante los embarazos no deseados. La ambigua película rumana 4 meses, 3 semanas, 2 días muestra con crudeza la deshumanización que late en la cultura del aborto. Por su parte, La princesa de Nebraska desvela la perplejidad moral de tantos jóvenes como causa principal de la trivialización del aborto. Y, finalmente, la oscarizada Juno exalta la belleza de la opción por la vida frente a la lógica cruel del aborto. Ahora da continuidad a esos filmes Bella, notable primer largometraje de Alejandro Monteverde, un joven cineasta mexicano afincado en Los Ángeles.
Basada en testimonios reales de inmigrantes que viven en Estados Unidos, la película ganó el Premio del Público en el Festival de Toronto 2006, y ha generado un intenso debate social allá donde se ha estrenado. Algo lógico, pues se trata de la primera película de Metanoia Films, una productora fundada por Eduardo Verástegui (actor), Alejandro Monteverde (director) y Leo Severino (productor) con la finalidad de realizar películas positivas y familiares que, además de entretener, resalten la dignidad profunda de todos los seres humanos, como cimiento esencial de cualquier organización social.
“Si quieres hacer sonreír a Dios, cuéntale tus planes”. Esta es una de las primeras frase del protagonista del filme, José, un joven hispano que llegó a convertirse en estrella de fútbol, y que, justo antes de firmar un contrato millonario, sufrió un acontecimiento trágico que cambió radicalmente su vida. Ahora trabaja en el restaurante que tiene su hermano en Nueva York. Allí conoce a Nina, una bella camarera, también con un drama a sus espaldas y una mirada escéptica en los ojos. Por eso, cuando se entera de que está embarazada, su primera reacción es abortar sobre la marcha. En cuanto José conoce sus pretensiones, se vuelca con ella para intentar hacerle ver las cosas con otros ojos. De este modo, vivirán juntos una jornada de gran intensidad, y muy enriquecedora para ambos.
A ratos, la película apunta hacia el tono hipermelodramático de las telenovelas. Y otras veces padece alguna reiteración o ralentización, compresible en un director primerizo. También cabe discutir el look barbudo y abandonado del protagonista, que subraya en exceso su carácter marginal y que seguramente está motivado más bien por el afán de Eduardo Verástegui por alejarse de la imagen frívola y guaperas que tenía antes de su sonada reconversión al catolicismo.
En todo caso, son defectos leves dentro de una película de alta calidad narrativa, estética y antropológica, y que ofrece una interpretación sensacional de Tammy Blanchard, en la dolorida piel de la embarazada Nina. En este sentido, Bella goza de gran parte de la frescura de las mejores películas indies —como Pequeña Miss Sunshine, Once o Lars y una chica de verdad—, del entrañable y divertido acercamiento a la familia y al catolicismo de los mejores filmes hispanos o sobre hispanos —véase My Family, Un paseo por las nubes o Spanglish—, y del vigor dramático de esas poderosas películas citadas a favor de la vida y en contra de la crueldad del aborto.
[Victor Alvarado, director y presentador de “Directo a las Estrellas” en Cadena Radio Murcia]
El cine mejicano está de moda. La verdad es que, en los últimos años, ha salido una hornada de magníficos directores de ese país. Podemos destacar nombres como Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro en temática fantástica o González de Iñárritu en la categoría de dramas de hondo calado, pero, no todo queda ahí, la cantera es inagotable, puesto que Alejandro Gómez Monteverde está creando escuela con su producción de cine independiente norteamericano llamada “Bella”, una de las películas más galardonadas del año 2007(Premio del Público del Festival de Toronto, Premio Crystal Heart como mejor película de cine independiente…).Como dato curioso, los lectores del New York Times han considerado a la película como la mejor del año.
La historia se centra en la vida de un futbolista convertido en chef por un terrible suceso que cambiaría su vida de la noche a la mañana. Éste chico ayudará a una camarera embarazada del mismo restaurante, la cual no sabe que hacer con la criatura que lleva dentro de su vientre. Manny, el hermano del protagonista y dueño del restaurante, donde este cocinero trabaja, despedirá a su susodicho hermano y a la camarera lo que supondrá un grave disgusto para su familia. Sin embargo, esa circunstancia permitirá que esa pareja de amigos se vayan conociendo. Y no les cuento más porque la propia cinta irá desvelando los secretos de José (Eduardo Verástegui) y Nina (Tammy Blanchard).
En cuanto al reparto sería conveniente aclarar que es desconocido para el público europeo, pero, no por esa razón, falto de calidad, sino todo lo contrario. Los secundarios tienen grandes dotes para la interpretación. Sobre todo, llama la atención el mendigo que realiza figuritas de papiroflexia que consigue que el espectador se encariñe con el personaje.
El papel protagonista femenino corre a cargo de una actriz de los pies a la cabeza. Hay que reconocer que Tammy Blanchard domina todas y cada una de la escenas en la que participa. El actor Eduardo Verástegui sorprende con un papel que le viene como anillo al dedo, ya que ha sufrido una reconversión espiritual al igual que su personaje.
Tal y cómo ha declarado en varias entrevistas, al producir esta película ha querido reflejar fundamentalmente dos conceptos. El primero ha sido el de desmontar el mito del hispanoamericano malvado y mafioso, mostrándolo como un ser más humano y representante de valores como la alegría, el perdón, la religiosidad y la familia tan extendidos en esa cultura tan similar, en muchos aspectos, a la española. Por otra parte, tanto Monteverde como Verástegui produjeron esta cinta con la intención de salvar vidas, ofreciendo a las mujeres embarazadas no deshacerse del bebé, sino mostrarles el camino de la adopción. Según el actor y cantante, la película plantea la adopción como la mejor manera de solucionar el problema del aborto.
Tanto la dirección como el guión corresponde, como ya hemos dicho, a Alejandro Gómez Monteverde, el cual ha conseguido contar una historia muy equilibrada, tocando temas escabrosos con gran elegancia y determinación. El trabajo con los actores es realmente apreciable. Por otro lado, ha demostrado su maestría en el uso del flash back para explicar lo que ocurría en la mente del protagonista. El libreto ofrece buenos diálogos con frases que hacen pensar al espectador sin manipularlo. Digamos que le deja reflexionar en libertad. Las cuestiones de fondo están planteadas con gran inteligencia y con mucha delicadeza. También hace gala de un gran dominio fotográfico, combinándolo con una buena banda sonora de ritmos latinos.
Además, tanto la primera como la última escena se presentan como clave para explicar lo que el realizador mejicano ha querido transmitir. En contraste, puede dar la sensación de que algunas escenas iniciales parezcan un tanto forzadas, aunque poco a poco esa idea va desapareciendo a medida que transcurren los minutos de la película.
En definitiva la persona que vaya a ver esta obra del séptimo arte no va a quedar decepcionada. Es una narración basada en hechos reales para ver con los seres queridos, que no cae ni la ordinariez, ni en la cursilería. Se va a encontrar un largometraje de calidad, repleto de valores como la amistad, la familia o el derecho a la vida.
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me encanta todo el trabajo que ha ralizado este maravilloso actor… aun no eh visto bella pero si vi el trailer del circo de la mariposa el cual me parecio genial