La francesa «Mi amor» es un intenso drama amoroso a través de cuyo ambiente bohemio y original permite plantear muchos temas de actualidad en torno a las relaciones de pareja y sus consecuencias.
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Título Original: Mon roi |
SINOPSIS
La historia sigue a Tony, quien está ingresada en un centro de rehabilitación después de una grave caída esquiando. Dependiente del personal médico y los analgésicos, se toma el tiempo necesario para recordar una tumultuosa historia con Georgio. ¿Por qué se han querido? ¿quién es realmente el hombre al que amaba? ¿cómo fue capaz de someterse a una pasión tan sofocante como destructiva? Tony inicia ahora una difícil reconstrucción, un trabajo corporal que quizá le permita romper permanentemente con todo.
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CRÍTICAS
[Pilar Madrigal. Colaboradora de Cinemanet]
La directora y guionista, Maïwenn Le Besco, aprovecha su sensibilidad femenina para mirar muy de cerca a ambos protagonistas y al entorno que rodea su etapa juntos. Sin filtros, lo presenta todo de frente y muy explícito, desde las diversiones con amigos a la intimidad física y mental entre los dos, pasando por las responsabilidades y compromisos que van asumiendo, incluida la paternidad o los posibles finales a todo ello. «Mi amor» exige una cierta madurez al espectador para disfrutar de lo que en apariencia es un divertimento explosivo pero que contiene trampas, complicaciones que vuelven difícil y dura la relación.
Todo parece muy divertido, con atracción por ciertos lujos y una manera rápida de disfrutarlos. Valores como tales no hay demasiados, se opta por hacer lo que se quiere con mucha libertad. Una mujer y un hombre que se reencuentran, se atraen y deciden estar juntos. Parece contener todas las posibilidades…hasta que cierto egoísmo y los secretos de él van resquebrajando la confianza de ella.
En el plano de valores, «Mi amor» sirve sobre todo para hacer una lectura de la película en negativo. Algo así como verla, entender lo que plantea y darle la vuelta. Es atractiva la primera parte del film por su frescura, por cierta inocencia infantil al reírse juntos y una vida sexual, por decirlo con delicadeza, potente. Bajo esta felicidad, sin embargo, se va construyendo poco a poco una tensión intuida, un nosequé de algo que sabes que estallará. Y estalla entre terceros de por medio, infidelidades o drogas. En esta ocasión la inmersión es total en el drama, que resultaría exagerado si no estuviese representado por unos actores fabulosos que se comen literalmente la pantalla.
El consagrado Vincent Cassel podría servir para que un profesor cualquiera de arte dramático explicara a sus alumnos cómo mostrar sentimientos, registros, actitudes… es impresionante, de esos trabajos que te hacen respetar a un intérprete. No se reserva nada, desde un físico atractivo que ofrece sin reparos -hay escenas de sexo explícito y diálogos para adultos- hasta el interior de su papel llevado al límite. Emmanuelle Bercot es menos conocida para el gran público, pero trabaja entregada por completo para llevarnos con ella al paraíso y al infierno, todo en uno.
En general, «Mi amor» es dura, incluso un punto histriónica. La directora no da esquinazo a lo difícil, elige meterse de lleno y pasa por casi todo convirtiéndolo en el núcleo argumental. No obstante, en lugar de truculenta resulta hasta tierna, en tanto que resulta sencillo empatizar con ellos. Como último apunte, que a quien escribe le resultó un dato curioso: con todo lo modernos y libres que son la pareja protagonista para probar de todo, resulta que hay cierto machismo en él. Lo explica como un medio para no perderla a ella, pero no deja de resultar un contrapunto a la dura trama amorosa que plantea el film.
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