Sinopsis
Hasta el Último Hombre narra la historia de Desmond Doss (Andrew Garfield), un joven médico militar que participó en la Batalla de Okinawa, en la II Guerra Mundial, y se convirtió en el primer objetor de conciencia en la historia estadounidense en recibir la Medalla de Honor del Congreso.
Crítica
El heroísmo no es empuñar un fusil
Hasta el Último hombre es una historia sencilla sobre un hombre sencillo. Desmond Toss, caracterizado por un inspiradísimo Andrew Garfield, es un muchacho de pueblo inocente, bonachón y muy religioso. Es hijo de un veterano, por lo que sabe lo que la guerra hace a los hombres. Entender la naturaleza del protagonista y el conocimiento que tiene sobre los efectos de los conflictos bélicos hace que su viaje sea, cuanto menos, mucho más heroico de lo que es por méritos propios.
Para todos aquellos lectores escépticos: no hay nada que temer, este filme no podría estar más lejos de la americanada de un domingo por la tarde. De hecho durante el 70% de sus más de dos horas de duración, veremos una crítica a la filosofía marcial estadounidense, que muy poco o nada ha cambiado desde 1944.
Durante el rodaje, la prensa habló más de Mel Gibson que de la película, y es que el director llevaba unos años sumido en la infamia por una serie de desafortunados comentarios racistas. Sin embargo ha vuelto al ruedo como lo hacen los artistas, con una gran obra bajo el brazo, y personalmente deseo de corazón que de ahora en adelante esté en boca de todos por seguir haciendo grandes películas, no por escándalos.
Dicho esto volvamos al asunto.
Hasta el último hombre es una cinta que se centra sobre todo en las interacciones del protagonista, y pese a que sus primeros minutos son un poco lentos, no hay una sola escena que parezca incómoda o fuera de lugar, sobre todo gracias a la actuación de Garfield y al soporte de actores de la talla de Hugo Weaving, Sam Worthington, Teresa Palmer o Vince Vaughn. Logra algo impensable, y es insertar un mensaje antibelicista en una película bélica sin cometer una contradicción flagrante, y pasa de momentos que hacen reflexionar a otros llenos de acción en un abrir y cerrar de ojos.
Hasta el Último Hombre es una película a la que la mala traducción de su título original (Hacksaw Ridge) puede jugarle una mala pasada, ya que el espectador que no sea asiduo del cine bélico probablemente la pase por alto al confundirla con otra descerebrada película de acción. Nada más lejos de la realidad, y es que en estas fechas de recogimiento familiar y de reunión con los valores, Hasta el Último Hombre es una cinta que refleja a la perfección la honradez hacia las propias ideas y el poder de la piedad.
(Vamos a analizar ahora los valores de la película, quedan avisados de que en adelante hay spoilers o destripamientos de la trama)
Cuando les hablo a mis amigos del argumento de Hasta el Último Hombre, todos me señalan que es bastante contradictorio. ¿Si no quiere tocar un arma por qué se alista? Es importante recordar que la película está basada en la historia real de Desmond Toss, y que antes de entrar en lo que cínicamente podríamos llamar “los valores patrióticos”, la película expone como luchan los ideales del protagonista y la filosofía bélica americana.
De hecho, hasta que la compañía de Toss no desembarca en Okinawa, el villano son los propios Estados Unidos. Vemos como los instructores lo castigan, como sus compañeros lo martirizan y como es sometido a un juicio militar. El espectador siente la lucha en el interior de Toss, cómo duda de la valía de sus creencias y cómo se cuestiona si está haciendo lo correcto intentando alistarse.
Al final todo su esfuerzo vale la pena, y durante el clímax vemos como su apasionada bondad surge de entre las cenizas de la guerra como una flor en un campo marchito. Logra salvar a la friolera de setenta y cinco soldados sin distinguir entre grados de heridas ni color de uniforme. Los que se reían de él en la instrucción ven como aparece como un ángel en su hora de mayor necesidad, una alabanza a los mansos y a los humildes de corazón.
Pese a la universalidad de máximas como luchar por tus creencias o no rendirse nunca, esta película tiene un mensaje especial para los cristianos. Desmond Toss no se enfrenta a un Estado ateo que quiera erradicar su fe, sino a uno que le dice que ésta es flexible, que puede malearse según el interés de turno, y que actos explícitamente prohibidos pueden llegar a ser “lo correcto”.
Qué fácil es ignorar la naturaleza cognoscible de Dios, aquella que da razón a los sacrificios, cuando nuestras preferencias y sus designios se separan en una encrucijada. Yo soy cristiano, y la historia de Ross es un ejemplo de los dilemas a los que cientos de cristianos nos enfrentamos a diario, y es que aunque la convención social sea otra, el conflicto en nuestra alma es eterno y no muere con nosotros.
Sin duda la escena final es la más arrebatadora, y es la que alzó en aplausos a la crítica del Festival de Venecia. Se proyecta una entrevista real a un anciano Desmond Toss, que habla de cómo no se arrepiente ni por un segundo del martirio que tuvo que pasar para ir al infierno de la guerra, y de que, pese a sus condecoraciones, el mayor reconocimiento que recibió fue la sonrisa de los hombres a los que salvaba. Tras empatizar durante dos horas con su conflicto, una declaración así sobrepone un clímax emocional sobre uno puramente de acción.
No hace falta ser un soldado para tener los mismos problemas que tiene Desmond Toss, y tampoco hay que ir a la guerra para que la fe sea cuestionada. La cinta es un ejemplo de lo difícil que puede resultar velar por las inquietudes más íntimas, ensalzando por el camino la sencillez y la lucha diaria. Es una obra extraña en una cartelera llena de héroes magnánimos, pero logra hablar directamente al alma de los que la miran.
Probablemente sea la mejor película de Mel Gibson, y no será extraño si en el futuro la vemos colarse en los tops de las mejores películas bélicas de la historia.
Para acabar dejo las últimas frases de For the Greater Good of God de Iron Maiden:
«He gave his life for us,
He fell upon the cross,
to die for all of those
who never mourn his loss.
It wasn’t meant for us
to feel the pain again.
Tell me why, tell me why»
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Ficha técnica

- Título Original: Hacksaw Ridge
- Dirección: Mel Gibson
- Guión: Robert Schenkkan, Randall Wallace, Andrew Knight
- País: EEUU
- Año: 2016
- Duración: 131 min. min.
- Género: Drama bélico
- Interpretación: Andrew Garfield, Vince Vaughn, Hugo Weaving, Teresa Palmer, Sam Worthington, Luke Bracey, Rachel Griffiths
- Productora: Lionsgate / Pandemonium Films / Permut Productions / Vendian Entertainment / Kylin Pictures
- Música: Rupert Gregson-Williams
- Fotografía: Simon Duggas
- Estreno en España: 7 de diciembre de 2016