Sinopsis
Año 1989: el muro de Berlín está a punto de caer. Un agente del MI6 encubierto aparece muerto y la espía Lorraine Broughton (Charlize Theron) debe encontrar por todos los medios una lista que el agente estaba intentando hacer llegar a Occidente, y en la que figuran los nombres de todos los agentes encubiertos que trabajan en Berlín oriental. Lorraine no se detendrá ante nada para conseguir dar con esa lista, enfrentándose a varios asesinos y sumergiéndose en un mundo en el que nadie parece ser quien dice ser.
Crítica
El rastro de la mentira
Como una bomba nuclear, o como las pisadas de Atila: todo lo que pisa la espía protagonista de Atómica acaba reducido a cenizas. David Leitch, co-director de la primera John Wick, dirige aquí a una malcarada Charlize Theron en un papel mezcla de femme fatale y Jason Bourne. Una agente secreta del MI6 que se sumerge en el Berlín de los últimos estertores de la Guerra Fría.
Cabe señalar que Atómica se basa en un cómic –La ciudad más fría, obra de Antony Johnston y Sam Hart-, pero si bien este es un complejo thriller de espionaje a la altura del mejor John le Carré, la película opta por la acción constante y el sexo exuberante. El futuro director de la secuela de Deadpool hace honor a este encargo firmando una película que supone un baño de sangre.
Atómica utiliza el emplazamiento y el trasfondo de la Guerra Fría para sumergir a sus personajes en un mundo de falsas identidades y mentiras, en el que nada es lo que parece. Más por omisión que por querer desarrollar la idea, la película muestra como la falsedad lleva a más falsedad, y acaba desembocando en el desastre. En este caso, además, un desastre muy físico: un rastro ensangrentado de cadáveres sin nombre.
En el mundo de los espías que corren y pelean en la cinta, las balas son la lingua franca, y las relaciones humanas quedan en nada: un instrumento para conseguir algo más o un respiro puramente físico, una bocanada de aire antes de volver a la vorágine. En este sentido, cabe fijarse en la relación lésbica entre la protagonista y la espía francesa interpretada por Sofia Boutella. Un intercambio muy carnal que se desarrolla entre neones y mentiras. Atención, en este sentido, porque el film –además de la violencia gráfica- incluye escenas de sexo explícito: no es película para niños.
En lo formal, la película opta por el contraste entre la verde suciedad de Berlín y la combinación chillona de azules y rojos de los clubes. La música -techno, puro sintetizador- ayuda a construir la atmósfera noventera, pero ninguno de estos elementos salva una película que se desarrolla como un embrollo. Como un lío de personajes tan poco construidos que apenas importa quién vive y quién muere.
Ni siquiera en lo que en teoría debía ser su punto fuerte –las coreografías de acción-, Atómica brilla, facturando unas peleas confusas y no demasiado inspiradas. En definitiva, esta no es una película que podamos recomendar: ni por sus carencias como película de acción ni, sobre todo, por sus constantes escenas gratuitas de violencia y sexo. Ya lo decíamos al principio: es como una bomba nuclear tras la que no queda nada por rescatar.
Ficha técnica

- Título Original: Atomic Blonde (The Coldest City)
- Dirección: David Leitch
- Guión: Kurt Johnstad (Novela gráfica: Antony Johnston)
- País: EEUU
- Año: 2017
- Duración: 115 min. min.
- Género: Acción
- Interpretación: Charlize Theron, James McAvoy, Sofia Boutella, John Goodman, Eddie Marsan, Toby Jones, Bill Skarsgård, Roland Møller
- Productora: Focus Features / 87Eleven / Closed on Mondays Entertainment / Denver and Delilah Productions / Sierra / Affinity
- Música: Tyler Bates
- Fotografía: Jonathan Sela
- Estreno en España: 4 de agosto 2017