Sinopsis
Una película sobre la familia, la armonía y algo más difícil todavía: la fe. Conceptos más o menos básicos desde los que intentar explicar algo tan profundo como inefable: las hermanas del director se convierten de repente al catolicismo, y el cineasta trata de averiguar qué hay detrás de ese mecanismo de transformación personal. Desmontando el formato clásico del documental de entrevistas (no hay que olvidar el doble juego del título; "converso" viene también del verbo conversar), el director se sienta en una silla que convierte en confesionario de los otros y en el suyo propio al lanzar preguntas ante un espejo que no es otro que el espejo de casa. Film de familia con búsqueda personal y con un gran interrogante cinematográfico: si el Espíritu Santo entra en nuestra casa, ¿es posible hacer una película sobre él?
Crítica
Conversaciones pendientes
La hermana mayor, la madre, el cuñado, la hermana pequeña… Todos convertidos al catolicismo recientemente, por caminos distintos, transforman a David Arratibel en un honesto buscador del porqué. Abriéndonos paso a la intimidad de su familia, usando como herramienta la cámara y los diálogos sinceros, nos habla del alma, del Espíritu Santo, de la belleza de la música.
Una de las cosas que le aporta más fuerza a la película es el hecho de que todos los personajes son geniales; son hombres y mujeres auténticos, que han experimentado un cambio real y que se esfuerzan por mostrar que se han sentido amados, por eso han cambiado. Es por eso que las cuatro conversiones son totalmente distintas, personales, y para explicarlas no se sirven de términos teológicos y abstractos si no que cuentan como todo empieza por una misa inesperada, una conversación, un rosario…
El testimonio de la hermana pequeña es quizás el más dulce y sincero, sin profundidades teóricas sobre la fe, y dice algo habla sobre algo que solo entiende aquel que ha experimentado la conversión, que es el afirmar que tus convicciones han cambiado, que has decidido libremente vivir como te sientes amada por Dios, formando parte de la Iglesia.
La fotografía de la película nos envuelve en un ambiente familiar, llevándonos del salón de la casa al coche, a la iglesia del barrio, al órgano y de vuelta a casa, eliminando las distracciones y los elementos exteriores que pudieran distraernos, recordándonos que es una historia que pasa en los corazones de los protagonistas, en lo más profundo de su alma.
Cada minuto de la película constituye una búsqueda continua de una explicación para lo inexplicable, ya que el hermano ateo y cineasta sabe que si quiere entender, necesita escuchar.
El título de su anterior documental, Oírse, que describe la vida de varias personas que sufren “sonidos fantasmas” en su cabeza, bien pudo darle la pista a David Arratibel de lo que debía hacer para afrontar la situación que desde hace tiempo vivía con su familia. Desde el año 2006, este realizador navarro fue viendo cómo todos sus miembros más cercanos -su hermana mayor, un amigo de esta que después sería su cuñado, su hermana pequeña y su madre- abrazaban progresivamente la fe católica, incluso algunos desde el ateísmo, y cómo eso había creado entre ellos una zanja cada vez más grande de incomprensión y reproches que solo podía llenarse mediante el diálogo.
Y qué mejor para un director de cine que arreglar la situación al mismo tiempo que creo una obra audiovisual, debió de pensar Arratibel. Converso reúne todas las conversaciones pendientes del director con su familia, guardadas desde hace tiempo en un cajón y que desfilan ante la cámara con total sinceridad por parte de realizador y entrevistados. Arratibel no sólo escucha de manera pasiva el cómo y el porqué de su radical transformación, sino que también se convierte en protagonista y les explica su postura frente a todo lo que ha visto.
Lo más interesante de este documental es que no está hecho desde un punto de vista proselitista, sino que plantea preguntas que cualquier persona, creyente o no, se debe hacer: ¿Qué es la fe?, ¿Por qué unos la tienen y otros no?, ¿Qué es lo que le da sentido a mi vida?, ¿De qué manera se produce un proceso de conversión? etc.
Arratibel, que se declara agnóstico, escucha una a una las respuestas que le dan aquellas personas que para él son muy queridas, como también lo hace el espectador que, de paso, conoce la historia de una familia concreta de Pamplona, aunque sin entrar en detalle en hechos del pasado más escabrosos, que se dejan entrever, en pos de centrarse en lo principal –“Si lo haces sería como el documental de los Panero”, contesta la madre en alusión al «desencanto”, cuando su hijo le comenta que en el momento en que empezó a grabar no sabía si abordar otros asuntos–. De igual manera que la respuesta de la madre, en Converso todo parece auténtico y sin artificios.
Y también lleno de sensibilidad, incrementada por el gran protagonismo que tiene la música sacra, pues el cuñado es profesor de conservatorio y organista en la iglesia y sus hermanas tienen todas ellas conocimientos en la materia. Ello origina un clímax lleno de paz y de armonía. La misma que respira la familia tras suturar las viejas heridas.
Ficha técnica
- Título Original: Converso
- Dirección: David Arratibel
- Guión: David Arratibel
- País: España
- Año: 2017
- Duración: 61 min.
- Género: Documental | Familia
- Interpretación: Raúl del Toro, María Arratibel, Pilar Aranburo, Paula Tellechea
- Productora: Zazpi T'erdi / Filmotive
- Música: Raúl del Toro
- Fotografía: David Aguilar
- Estreno en España: 29 de Septiembre 2017