This is us (Temporada 5)

Gabriel Sales

Licenciado en Periodismo, Máster en Comunicación y Branding Digital, Máster en Matrimonio y Familia y Máster en la Unión Europea. Apasionado comunicador y crítico de cine, personalista practicante y absoluto seguidor del séptimo arte más reflexivo. Cada película es una ventana hacia nuevas perspectivas y emociones, no subestimemos las historias que retan nuestro acomodo mental.

A día de hoy, el éxito alcanzado por This is us ya no es un secreto para nadie. Desde su primera emisión en 2016, la serie ha ido superando a menudo los 10 millones de espectadores de audiencia por temporada, ha conquistado a la mayoría de críticos y ha sido reconocida con multitud de nominaciones a premios y galardonada con tantos otros.

A falta de cerrar su sexta y última temporada, sin duda ha sido la entrega más hermosa del panorama televisivo de los últimos años, una obra maestra que ha ofrecido a la gente grandes dosis de belleza humana, familiar y relacional. Con un modus operandi pedagógico y trascendental, ha reflejado mucho de la sociedad resquebrajada en la que vivimos actualmente. Los valores del sufrimiento, la fidelidad, el esfuerzo y la reconciliación se han puesto de manifiesto enormemente, y es de agradecer. Con unos personajes perfectamente caracterizados y profundamente desarrollados, y a partir de una narrativa tan cercana, los creadores de This is us han elevado el relato a niveles altísimos, siempre con unas escenas cocinadas de manera exquisita y realista.

La fuerza del clan Pearson, también a través de flashbacks y flashforwards, la potencia del big three, el concepto de la familiaridad siempre presente, los lazos humanos y fraternales, la explosión de las emociones y el delicado trato de los acontecimientos más inflexivos, hacen de la serie una auténtica pieza magistral de la televisión.

Sin embargo, todo ese despliegue de virtudes de forma y fondo van quedando ensombrecidos por una sobreexplotación de los elementos sentimentales, un ejercicio sensiblero que va ejecutando golpes de efecto rompedores cuando el cómputo general suena pesado y repetitivo. Es una obra que enamora completamente en las primeras temporadas, pero que termina desgastando con su exceso de intensidad pasional, lo que reduce el sentido profundo del amor a un estándar afectivista.

Además, en la quinta temporada, los creadores introducen forzosamente elementos propios a la corrección política actual. Su hábil adaptación a la época COVID queda en segundo plano por culpa de la excesiva inyección del victimismo más absoluto en materia de la supuesta injusticia estructural contra la raza negra (encarnada por el personaje de Randall Pearson), así como de la situación genderqueer (género no binario) que atraviesa Tess Person, puntos secuestran el discurso y vuelven ridículo el argumento. Por último, también se ve la presencia de dos aspectos totalmente normalizados como son el divorcio y el aborto voluntario, que ya nunca entran a debate moral, ni mucho menos humano. La gravedad a este respecto no es solo que lo incrusten en los episodios, sino que lo hacen acompañados del atractivo sugestionador de la esfera afectiva sobre la que se basa This is us.