Treasure | En la memoria reposa el tesoro de nuestras raíces y el recuerdo de los que nos amaron

Mª Ángeles Almacellas

Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid. Crítica de cine. Miembro del Círculo de escritores cinematográficos. Directora del curso "El arte de ver películas" en la UPM. Directora de CinemaNet-Madrid.

1991. Ruth, una periodista musical estadounidense, y su padre Edek, que acaba de enviudar, llegan al aeropuerto de Varsovia, procedentes de Nueva York. De ascendencia judía, los padres de Ruth estuvieron internados en el campo de exterminio de en Auschwitz-Birkenau, pero, a diferencia de todos sus demás familiares, ellos dos consiguieron sobrevivir. Al acabar la guerra emigraron a Estados Unidos y allí llevaron una vida plácida hasta el reciente fallecimiento de la madre.

La periodista quiere regresar al lugar de sus raíces, conocer dónde nacieron y crecieron sus padres, cómo vivían, cómo eran sus familias. Si embargo Edek ha emprendido el viaje a Polonia exclusivamente para que su hija, que no sabe polaco, no viajara sola. Pero él, que lleva muchos años intentando olvidar el pasado para sofocar los traumas del holocausto, no tiene ninguna intención de adentrarse ahora en los recuerdos dolorosos.

La relación entre ellos no es fluida, porque, aunque ahora es un grandullón simpático y afable, a lo largo de la vida no ha sabido demostrarle el cariño a su hija. Las heridas familiares eran demasiado hondas para que le permitieran establecer otros lazos de afecto. La ausencia de la madre, la lejanía de casa y los recuerdos que, aunque Edek se empeñe en evitarlos, surgen en cada rincón de su tierra polaca, todo el conjunto va a hacer complicada la convivencia de padre e hija.

Acompañados por un taxista polaco que han contratado para que los lleve, acaban llegando a Łódź, donde el piso propiedad de los padres de Edek, está ahora habitado por una familia más miserable de espíritu que de dinero. Allí descubren objetos que pertenecían a su familia, que, en un principio, parecen interesar más a la hija que al padre. Hay un momento de inflexión para la memoria de Edek que es cuando visitan el museo de Auschwitz-Birkenau, que ellos califican de campo de exterminio. Hasta entonces la película era una comedia, pero a partir de Auschwitz, inevitablemente, adquiere tintes de drama muy profundo.

Está interesante coproducción estadounidense y europea, nos trae una historia humana sobre las secuelas del holocausto en aquellas personas que tuvieron la suerte de sobrevivir al horror. El guion, de Julia von Heinz y John Quester está basado en hechos reales, a través del libro autobiográfico de Lily Brett, periodista especializada en la crítica musical,  cuyos padres fueron supervivientes del gueto de Łódź  y luego del campo de concentración de Auschwitz. La película, muy bien ambientada en la Polonia de los años 90, todavía bajo los efectos de la pobreza y de la carestía de lo más elemental del régimen comunista que habían sufrido desde finales de la guerra. Los diálogos son ágiles y el trabajo actoral muy bueno, Stephen Fry en su papel de Edek, Lena Dunham como Ruth y Zbigniew Zamachowski encarnando a Stefan, el taxista.

No es una gran película, pero es interesante la reflexión sobre los traumas y los dolores del pasado, que no se curan con el olvido sino con la memoria, para convertirlos en oportunidad de perdón.