Silo (2ª temporada) | Caos sociopolítico

Gabriel Sales

Licenciado en Periodismo, Máster en Comunicación y Branding Digital, Máster en Matrimonio y Familia y Máster en la Unión Europea. Apasionado comunicador y crítico de cine, personalista practicante y absoluto seguidor del séptimo arte más reflexivo. Cada película es una ventana hacia nuevas perspectivas y emociones, no subestimemos las historias que retan nuestro acomodo mental.

El año 2024 está de enhorabuena porque una de las mejores series de ciencia ficción del panorama internacional estrena su segunda temporada. Recordemos que Silo llegó hace unos años de la mano de Apple TV+ para quedarse. Ésta una plataforma streaming que sigue pisando fuerte y con un sentido claro. Nos hemos encontrado con una temporada de orígenes y total enriquecimiento del mapa social y político.

Da mucho gusto enfrentarse a este tipo de adaptaciones. Los de la manzana mordida han demostrado de sobra su máster en incluir en su catálogo propuestas tan cuidadas y de alto nivel en el género. Ya lo vimos en una primera season que situó cada elemento en su lugar y los fue entremezclando hasta ese fantástico final. Si bien hace un par de años tuvimos que ubicarnos en esa pirámide de poder, ahora ya se ve de qué son capaces los personajes y hasta dónde llevarán sus límites. Es interesante observar el grado de medios que justifican para un supuesto fin bueno, las correctas y erradas decisiones que toman.

La segunda temporada de Silo hace una soberbia representación de cómo ir cociendo a fuego lento el clásico enfrentamiento entre poder y pueblo, una realidad tan actual que asusta. La serie de tramas que se van generando y bifurcando es de enorme disciplina y oficio. De libro de estilo vamos, en esas conspiraciones y traiciones, los pactos ocultos, cómo manejan la información y demás puntos similares. Y todo con una notable evolución de personajes y dramas interrelacionales. Hay multitud de conexiones y diálogos por medio que gozan de sentido propio y de conjunto.

La tensión va in crescendo, se ve cómo se construye y huele a la gasolina que van echando para alimentar el choque de fuerzas. Este escenario de tintes anárquicos y políticos (especial atención a la figura de Tim Robbins) tiene su contraparte en la primera protagonista que encarna nuestra querida Rebecca Ferguson. A modo de exploradora intrépida, su Juliette nos irá mostrando otra de las caras de la distopía humana. Muy buena interpretación y mayor el interés arrojado por descubrir ese mundo inexplorado. ¿Hay alguien más por ahí?

Muy buena temporada, sin ser apoteósica, pero sí lleva la firma de las bases sólidas que construyeron este mundo en la televisión. No son teorías nuevas, pero sí ejecuciones y formas frescas y especialmente tratadas. Temporada de reflexividad, trampas, mentiras y medias verdades.