Sinopsis
Dos jóvenes misioneras se ven obligadas a demostrar su fe cuando llaman a la puerta equivocada y son recibidas por el diabólico señor Reed. Los tres se verán envueltos en un brutal juego del gato y el ratón durante una larga noche de tormenta.
Crítica
Heretic | Sofisma religioso de terror psicológico
Volvemos al terreno de la controversia con Heretic, una propuesta nutrida de premisas interesantes pero erráticamente desarrollada por sus artimañas. Ofrece en su primera parte un notable entretenimiento de terror psicológico que se derrumba con un final frágil y pobremente resuelto. Estaríamos ante una pieza claramente determinada a sofismar con un relato perverso. Lo mejor, Hugh Grant.
En principio, con Heretic nos situamos ante una película con la que Scott Beck y Bryan Woods pretenden llevar al espectador a un cuestionamiento de sus creencias religiosas, con el escenario único como pista de baile y el diálogo como herramienta más adecuada para este siniestro vals. El telón de fondo vendría a ser la aparentemente compleja conversación entre las hermanas mormonas y el amistoso dueño de la casa.
Ciertamente hay una virtud probada en la escritura y dirección de los dos primeros actos, en los que la tensión atmosférica va in crescendo conforme vas viendo cómo peligra la vida de las jóvenes. Es cierto que la presentación resulta algo precipitada, pero una vez dentro del salón todo se vuelve oscuro y claustrofóbico. Es realmente curioso apreciar cómo ese paralogismo va impregnando el ambiente de inseguridad y el debate existencialista de veneno.
Dentro de unas interpretaciones logradas, destaca la de Hugh Grant. Lejos de sus cómicos y seductores papales de antaño, observamos un superlativo actor siendo las delicias de una historia pavorosa. En este caso, su carisma está incrementado en una mezcla de encanto y terror que cautiva y repele a partes iguales, pero siempre te mantiene atento a lo que pueda venir. Es el británico la voz cantante que va jugando con sus pequeños juguetes, unas hermanas mormonas genialmente encarnadas por Sophie Thatcher y Chloe East. Es Grant el que representa a ese hereje del título del film, si bien siendo rigurosos se trataría más bien del soberbio, quien piensa que no debe rendir cuentas al Creador, pues «la soberbia precede a la caída».
La sensación de angustia en Heretic está bastante conseguida gracias al recurso de desarrollar todo en el mismo lugar, haciendo del entorno una realidad opresiva. Esto se fusiona bien con el pedregoso camino que han de recorrer las misioneras. Su dolor aumentará por un pánico físico, psicológico y espiritual proveniente de una exponencial coacción predicativa de su anfitrión.
Hasta ahí todo correcto, con una inteligente y suficientemente lógica exposición de conceptos a deliberar. Religión, fe y creencia en la trascendencia se ponen sobre la mesa para un acertado discurrir. El problema llega con el tercer acto, cuando la mostrada perspicacia narrativa se desprende de su fuerza, faltando a la sutilidad necesaria para la resolución de los conflictos.
La cinta torna previsible, con sorpresas carentes de potencia y un final falto de consistencia. Además, ese sobrecogimiento mental vuela lejos de la espeluznante casa en que habitaba. Incluso diría que hay cierta insensatez al entremezclar las hipótesis sobrenaturales y teológicas con las de ciencia ficción.
Perversa exhortación
Como he dicho antes, me resulta interesante la transfusión de sentido que los directores hacen del trampeo argumental del personaje de Grant al subtexto de los interrogantes existenciales del ser humano, su acomodo en la profesión espiritual y las doctrinas religiosas, sobre todo abrahámicas. Algo esencial en la fe es la duda previa, no se trata de creer a ciegas, fides et ratio básicamente.
Por tanto, el planteamiento de Beck y Woods no está lejos de ser a priori un razonamiento sensato. El quid en Heretic debiera estar en dejar libre al público, pero no lo hacen, manipulan desde el principio, acercándose a los temas mencionados con torpeza, desconocimiento, un proceso marcado y aparente mala intención.
Hay un cuestionamiento falto de altura dialéctica y dominio de la materia, por no hablar del sesgo respecto a la fe integralmente vivida. Reduce la complejidad del credo a una mera dimensión ideológica cuando no terapéutica. Es por ello un juego discursivo que viaja del hediondo cinismo de uno al reduccionista buenismo de las otras. La desleal hipótesis responde a una doctrina errante que se muestra en el relato con unos corsés ya trucados para llegar a una conclusión tendenciosa. Pululan por ahí estereotipos, tópicos, falsedades populares, mensajes infundados y similares.
Veo una oportunidad real para reflexionar sobre las propias creencias, pero acaba por pervertirlo. No solo ridiculiza, sino que engaña a cada paso de la conversación a semejanza del herético señor Reed. Se podría decir que maneja el comienzo con cierta ambigüedad, porque le conviene, para luego sentar torcido dogma. Son los directores los que precisamente hacen proselitismo mientras supuestamente denuncian el mismo en el desesperanzado ateo y las tiernas hermanitas.
Aunque Heretic no sea paradigma de complejidad, amplitud ni profundidad de lo que plantea, sí desprende ciertos puntos interesantes para debatir, ahora bien, exigen de un pensamiento muy crítico al respecto que da como resultado un pretencioso fracaso.
Ficha técnica

- Título Original: Heretic
- Dirección: Scott Beck, Bryan Woods
- Guión: Scott Beck, Bryan Woods
- País: Estados Unidos
- Año: 2024
- Duración: 110 min.
- Género: Terror, religión
- Interpretación: Hugh Grant, Sophie Thatcher, Chloe East
- Productora: Beck Woods, Catchlight Studios, Shiny Penny Productions. Distribuidora: A24
- Música: Chris Bacon
- Fotografía: Chung Chung-hoon
- Estreno en España: 1 de enero de 2025