Sinopsis
Na Hee-Do (Kim Tae-ri) es miembro del equipo de esgrima de su escuela secundaria. Debido a la crisis financiera de Corea del Sur, el equipo se disuelve, pero superando todas las dificultades, ella se convierte en miembro de la selección nacional de esgrima con sable. La crisis económica también provoca la quiebra del negocio del padre de Baek Yi-Jin (Nam Joo-hyuk). Esto lleva a un cambio de vida para él, pasando de ser una persona rica a una persona pobre. Mientras estudia, Yi-Jin trabaja en empleos de medio tiempo como reparto de periódicos. Finalmente, logra convertirse en reportero deportivo de una cadena de televisión...
Crítica
Veinticinco, veintiuno | Deporte, familia, amistad y amor desde Corea del Sur
Veinticinco, veintiuno es una serie surcoreana que sorprende. En Occidente estamos (mal)acostumbrados a relatos poco constructivos en general, mientras que en Corea del Sur las narrativas suelen ser bastante distintas: se mezcla el humor, el amor, la familia y la amistad de manera más positiva, más esperanzadora, con menos carga ideológica. Se tratan los temas con un aire demasiado inocente muchas veces, pero que esconden una visión de la vida mucho más pura y, en definitiva, más real. Quizá este tipo de series coreanas no sean del gusto de todos los públicos pero sí que transmiten ese aire fresco que en Occidente suele abundar por su ausencia.
Na Hee-Do (Kim Tae-ri) es una niña adolescente a la que le encanta el esgrima y que es la fan número uno de Ko Yoo-rim (Kim Ji-yeon), la cual, a su corta edad, ha conseguido ganar ya el campeonato mundial de esgrima. La historia se narra a través de la lectura de un diario por parte de la futura hija de Na Hee-Do y así se consigue crear un clima de expectación que funciona muy bien durante la serie. A su vez, hay otro protagonista, un joven profesional llamado Baek Yi-jin (Nam Joo-hyuk) que acaba de sufrir un grave problema familiar y está intentando sacar su vida adelante como puede.
Durante la serie, estas tres figuras se entrelazan para dar lugar a encuentros y desencuentros que nos dejan profundas enseñanzas sobre el ser humano y sus relaciones con los demás. Aquí, también entran en juego las distintas familias y sus propios problemas internos que, aunque a veces difíciles, llegan a solventarse de manera ejemplar. Al conjunto se le unen dos o tres figuras: los amigos del colegio y la entrenadora del equipo de esgrima, los cuales que desarrollan un papel fundamental en los distintos desenlaces de la trama.
Yo, tengo que admitir, nunca he sido fan de las series y películas románticas coreanas, pues su narrativa me parecía a veces demasiado «cuento de hadas» y no veía que tuviesen demasiado que aportar al cine actual; pero como casi siempre sucede, de todo se puede sacar su lado positivo, y estas series no parecen tener pocos de estos aspectos. Empezando por su visión de la familia, una estructura social muy deteriorada en occidente pero extremadamente valorada en el mundo asiático, con un respeto por los padres y abuelos que es difícil imaginar en Europa o América.
Otro aspecto que brilla en estas series es la inocencia de las relaciones entre amigos y novios: mientras que en el mundo occidental parece que estamos de vuelta de unas relaciones que muchos denominan «tradicionales» (aunque yo las llamaría más bien «naturales»), en muchos países de Asia, al menos en muchas series y películas, las relaciones siguen teniendo esa frescura y esa inocencia que incluso llegan a sorprender al espectador occidental, acostumbrado ya a relatos rocambolescos y muy influídos por una serie de ideologías que han terminando imperando en el mundo cinematográfico actual (sólo hay que ver las distintas nominaciones y premios más reconocidos donde los relatos suelen seguir un patrón muy determinado por el pensamiento mainstream que nos rodea en muchos ámbitos).
En cuanto a la actuación, tengo que decir que me ha gustado mucho la interpretación de la actriz protagonista Kim Tae-ri, pues teniendo que lidiar con un papel con muchas idas y venidas lo desarrolla de manera muy natural y profesional, muy creíble. Algunos de los otros actores también logran estar a la altura , en especial el amigo del colegio Choi Hyun-wook (Moon Ji-woong) que interpreta el papel de tipo «guay» de la escuela, pero que es una persona con un gran corazón y que ayuda mucho a quienes están a su alrededor con sus bromas continuas. La banda sonora, enteramente coreana, es también muy acertada, utilizando esos momentos culmen de la narración para aderezarlos con unas canciones que los ensalzan para que terminen de llegar al corazón del espectador.
En definitiva, esta serie me ha sorprendido por todos estos aspectos y, sobre todo, por cómo logra transmitir esos valores que no parecen tener ya demasiada cabida en un cine más occidental; por descubrir una manera distinta de relatar, mezclando el humor con una historia que no deja de conservar su trascendencia; por devolver esa inocencia a las relaciones entre las personas, resolviendo las dificultades del camino con el amor y la sinceridad, y respetando en todo momento la intimidad de las personas (cosa ya muy extraña en un cine cada vez más sexualizado). Es cierto, que no toda película coreana tendrá estos valores, pero la cantidad de las que los tienen es seguramente superior a la que tiene la producción cinematográfica de otros países más reconocidos, y eso es de admirar.
Ficha técnica

- Título Original: Twenty Five Twenty One
- Dirección: Jung Ji-Hyun, Kim Seung-ho
- Guión: Kwon Do-Eun
- País: Corea del Sur
- Año: 2022
- Duración: 16 capítulos de 70 min.
- Género: Serie de TV. Romance. Drama | Amistad
- Interpretación: Kim Tae-ri, Nam Joo-hyuk, Bona (Kim Ji-yeon), Choi Hyun-wook, Lee Joo-myung, Seo Jae-hee, Lee Joong-ok
- Productora: TVN
- Estreno en España: 19 de marzo de 2022