Sinopsis
La historia sigue a un robot que vive en una tierra post-apocalíptica. Creado para proteger la vida del perro de su creador, enfermo y moribundo, el robot aprende sobre el amor, la amistad y el significado de la vida humana.
Crítica
Finch | Oasis humanista postapocalíptico
Han pasado unos años y no está de más recuperar una notable película como Finch (2021) de Miguel Sapochnik, que se juntó a Robert Zemeckis como productor para entregarnos una perla humanista en una industria distópica saturada. Estamos por tanto ante una conmovedora cinta que da más corazón que innovación en el género, que nos empuja hacia un futuro esperanzador frente al desolador contexto en el que se encuentra el protagonista.
Predecible pero emotivo
La trama de Finch no es sorprendente ni excesivamente original. Nos situamos ante un científico solitario, encarnado por Tom Hanks, aislado en un planeta devastado por el sol, que diseña un robot para cuidar de su perro cuando él ya no esté. Este planteamiento, aunque más bien simple, sirve como puente a la exploración de temas universales como soledad, supervivencia y búsqueda de interrelaciones como flores en el páramo.
A pesar de su previsibilidad argumental, la cinta consigue mantener el interés gracias a la sobresaliente interpretación de Hanks y la entrañable dinámica que se establece entre el protagonista humano, su perro Goodyear y el robot Jeff. Esta peculiar e improvisada familia se transforma en el corazón palpitante, permitiendo que el espectador conecte emocionalmente con personajes en circunstancias concretas.
La potencia visual y emocional
Sin ninguna duda, Finch es un festín visual para los ojos. La cinematografía captura de manera magistral los paisajes desolados de este futuro distópico, generando un poderoso contraste con la calidez de las interacciones entre protagonistas. Los efectos visuales, lejos de ser un mero adorno, se integran de manera orgánica en la narrativa, dando vida al robot de manera convincente.
Sin embargo, la verdadera fuerza de la película radica en su capacidad para conmover al espectador. A través de pequeños gestos y diálogos aparentemente intrascendentes, la obra llega a tocar la fibra sensible del público, recordando la importancia de la compasión y la relación humana incluso en la adversidad.
Ancla y resiliencia humana
Y ese ancla fundamental es los hombros de Tom Hanks, sobre los que descansa gran parte de ese éxito narrativo. Su interpretación de científico solitario y enfermo es un derroche de matices, capaz de transmitir una amplia gama de emociones con la más mínima expresión. Logra a su vez que Finch sea mucho más que un simple superviviente, ya que le va dotando del resto de humanidad que mantiene en un depósito algo erosionado por las dificultades apocalípticas.
Aunque la película no pretende reinventar el género, su enfoque íntimo y emocional la distingue de otras propuestas más grandilocuentes. La película nos recuerda que, incluso en los escenarios más desoladores, la humanidad encuentra formas de persistir, de crear conexiones y de transmitir amor. Hemos de quedarnos con este fundamento argumental, quizás su mayor logro sea precisamente ese: entre la destrucción se celebra lo mejor que tenemos, un espíritu reconciliador.
Ficha técnica

- Título Original: Finch
- Dirección: Miguel Sapochnik
- Guión: Craig Luck, Ivor Powell
- País: Estados Unidos
- Año: 2021
- Duración: 115 min.
- Género: Ciencia ficción, apocalipsis, road movie
- Interpretación: Tom Hanks
- Productora: Apple
- Música: Gustavo Santaolalla
- Fotografía: Jo Willems
- Estreno en España: 5 noviembre 2021