Amateur | Un Jason Bourne torpe pero superdotado para una venganza distinta

Miguel Soria

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la UCM, Máster COPE de Radio y Televisión; crítico de cine en Pantalla90 y responsable de la sección de videojuegos en Aceprensa; director y presentador del pódcast 'Enciende el mando'

Amateur, de James Hawes, es un nuevo ejemplo de película correcta que trata un asunto espinoso: ¿hasta dónde llegarías para hacer justicia cuando la Justicia no llega a donde debería? Lo hemos visto mil veces en el cine así que aquí tenemos la vuelta de tuerca que le imprime interés: el protagonista es todo lo contrario a un James Bond, Jason Bourne o Jack Bauer, personajes con lo necesario para la venganza. El nuestro está muy lejos de ellos.

Charlie Heller (Rami Malek) es un brillante pero introvertido decodificador de la CIA que trabaja en una oficina en el sótano de la sede de Langley. Su vida cambia radicalmente cuando su esposa muere en un ataque terrorista en Londres. Cuando sus supervisores se niegan a tomar cartas en el asunto, toma las riendas y se embarca en un peligroso viaje por todo el mundo para localizar a los responsables. Su inteligencia será el arma definitiva para escapar y llevar a cabo su venganza.

James Hawes dirige con pulso firme el guion de Ken Nolan y Gary Spinelli adaptando la novela homónima de Robert Littell. Aquí se nos cuenta cómo un “cerebrito” decide actuar por su cuenta porque la CIA para la cual trabaja no está dispuesta a mover un dedo para llevar a los asesinos de su amada mujer ante la Justicia, y si lo está es a un paso extremadamente lento y pasivo. La trama podría llevar a pensar en Jason Bourne y sus increíbles habilidades del combate cuerpo a cuerpo o en Jack Bauer y su implacable dominio del combate y las armas así como absoluta fuerza de voluntad para llegar hasta el final en su búsqueda de venganza, incluso en Clyde Shelton, el personaje interpretado por Gerard Butler en la impactante Un ciudadano ejemplar (F. Gary Gray, 2010), pero entonces no tendríamos novedad que contar. Por eso presentamos a Charlie Heller, un genio pero sin ningún talento ni para las armas ni para el combate (“no ganarías un pulso ni a una monja de 90 años”, frase impagable), así como torpe para ciertos cometidos como forzar una cerradura. Aquí todo se basa en su ingenio y destreza mental en situaciones delicadas. Hay gran acierto en elegir a Rami Malek para el protagonista ya que nos recuerda a su personaje en la serie Mr. Robot, de hecho se ha tenido el detalle de elegir a su misma voz en español, Raúl Llorens, con lo que se mantiene una interesante coherencia sonora.

El filme está muy bien rodado con multitud de ubicaciones distintas, entre ellas Madrid para una de las secuencias más llamativas en una piscina en las alturas. Sin embargo chocan mucho algunos desplazamientos instantáneos en cuestión de minutos, una cosa es un montaje ágil como los que se ven en la saga Bourne y otra es tener la capacidad del teletransporte, que implica algo que más que pedir la necesaria suspensión de la credibilidad que requieren este tipo de películas.

En todo caso son fallos menores porque el ritmo es muy intenso y los más de 120 minutos de metraje nunca se hacen pesados, a eso también ayuda que el director y los guionistas traten temas bastante interesantes como el recuerdo de la persona amada que ya no está y el hueco insalvable que deja o las consecuencias, sin retorno, que tiene arrebatar vidas. Curiosa también la mención a “Dios Todopoderoso”, muy rápida pero agradecida. No es que se profundice mucho en esos temas ya que la película no va de eso, es un thriller de acción, pero está muy bien que se hable con sinceridad. De paso, la clásica pero siempre bien recibida denuncia por esas operaciones encubiertas llevadas a cabo bajo la premisa de que “el fin justifica los medios”, operaciones en las que casi siempre mueren inocentes.

A nivel actoral se echa en falta haber aprovechado mejor a algunos secundarios, sobre todo cuando tienes entre tu reparto a grandes estrellas como Laurence Fishburne (el mítico Morfeo de la saga Matrix) o Jon Bernthal (Frank Castle en las series Punisher y Daredevil o Shane Walsh en la serie The Walking Dead), especialmente breve el segundo.

Amateur es, por tanto, una alternativa muy interesante si se busca algo distinto a lo que pudimos ver con la magnífica saga Bourne o la excelsa serie 24 incluyendo la película Redemption (Jon Cassar, 2008), incluso hay un pequeño guiño a James Bond. Gustará a los fans de las películas de acción y thriller que, además, sepan de tecnología. Sin duda para ver con palomitas y en sala grande.