Confidencial (Black Bag) | Un elegante y sobrio thriller sobre el matrimonio

Miguel Soria

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la UCM, Máster COPE de Radio y Televisión; crítico de cine en Pantalla90 y responsable de la sección de videojuegos en Aceprensa; director y presentador del pódcast 'Enciende el mando'

Steven Soderbergh, director de cine sobre quien hablamos hace muy poco con motivo de Presence, parece haberle cogido el gusto a trabajar con el guionista David Koepp, uno de los mejores de Hollywood, y los resultados son notables gracias a que son dos estupendas mentes trabajando juntas. Confidencial (Black Bag) es la tercera colaboración entre ambos y resulta en un thriller de espionaje muy original.

Drama de espionaje sobre los legendarios agentes de inteligencia George Woodhouse y su amada esposa Kathryn. Cuando surgen sospechas de que Kathryn ha podido traicionar a la nación, George deberá afrontar el reto definitivo: elegir entre lealtad al país o a su matrimonio.

Siempre es bueno poner las cartas sobre la mesa y sincerarse antes de hacer una crítica de cine, así que vamos con ello: si el lector piensa unos segundos, la premisa de “matrimonio de espías que desconfía uno del otro” conduce al instante a Sr. y Sra. Smith, la película de Doug Liman de 2005 protagonizada por Brad Pitt y Angelina Jolie. La presencia de Pierce Brosnan en el reparto puede llevar, a su vez, a pensar en 007 y su espectacularidad. Bien, pues Koepp parece que ha dicho “hay vida fuera de las persecuciones, tiroteos y rostros bonitos”, así que ha desprovisto al guion de todo esto, lo que redunda en que el peso íntegro de la narración cae sobre los actores y sus registros, y estos son de primerísima categoría: Michael Fassbender, Cate Blanchett, Naomie Harris y Pierce Brosnan, sobresaliendo los dos primeros entre los demás, pero también están los menos conocidos y aun así muy bien en sus papeles Gustaf Skarsgård, Tom Burke, Marisa Abela, Regé-Jean Page y Kae Alexander. Es realmente curioso ver a Brosnan en otra película de espías habiendo protagonizado varias de 007, pero en este caso abandona el rol protagonista, pasa a un segundo plano y ofrece un registro muy distinto del elegante y mujeriego espía. Sin duda su personaje se puede ver como un guiño a la saga del personaje creado por Ian Fleming, aunque su presencia se antoja algo escasa y da la sensación de que se le podría haber sacado más partido.

En todo caso es un problema muy menor ante una historia que Koepp sabe narrar con calma, de tempo lento y preciso a la vez, entregando poco a poco los ingredientes para que el espectador vaya formando el puzle en su cabeza. Soderbergh, por su parte, dirige de forma intimista, muy modesta y humilde, comenzando con un buen plano secuencia (se ve que también les ha cogido el gusto tras Presence, que eran planos secuencias uno tras otro hasta el desenlace) y siguiendo por un retrato certero de los protagonistas, con una fotografía que tiende hacia el desenfoque de las luces, como si fuera un mensaje de que todos los personajes ocultan algo y no todo es lo que parece.

Director y guionista se lucen sobre todo en una cena muy tensa y, a la vez, cómica gracias a la introducción de un suero de la verdad. Y también en los mensajes, centrados sobre todo en el matrimonio: ¿fidelidad al país en el que vives y que has jurado proteger o al matrimonio al que perteneces y que también has jurado proteger y ser fiel? Sin duda este terreno está mucho mejor llevado que en la cinta de Liman con Pitt y Jolie, donde la comedia hacía que al final todo desbarrara. Aquí se toma todo con más seriedad desde el punto de vista moral: el matrimonio tiene y debe tener un lugar clave en el individuo, y éste debe protegerlo de cualquier intento de agresión externo, por muchos sacrificios que implique. ¿Mentirías a tu cónyuge? Otra interesante pregunta que plantean Koepp y Sodobergh, quizás no con la profundidad que sería deseable pero sí con un enfoque sugestivo. Lo que no son tan agradables son algunos diálogos subidos de tono que aportan muy poco y desentonan en una película de vestuario tan elegante.

Los mejores momentos son, sin duda, los relacionados con la pareja protagonista y sus tensiones por la supuesta traición al país, y son los que más disfrutará el respetable al ser el corazón de la cinta. Los otros, algo menos logrados, conducen a un clímax bastante satisfactorio y un final muy al estilo Koepp, con una pequeña vuelta de tuerca que levantará más de una sonrisa pícara.