Moon, mi amigo panda | Sentido humano y ecologismo

Daniel Arasa

Presidente de CinemaNet. Periodista, profesor universitario e historiador. Autor de una decena de libros en los que se dan cita sus tres pasiones.

Moon, mi amigo panda es una película que ofrece una historia conmovedora que explora la amistad entre un niño de ciudad y un cachorro de oso panda en el entorno natural de las montañas de Sichuan, en China.​ Mejor, a partir del encuentro muchacho-panda profundiza en lo humano.

Esta película de alguna forma podría considerarse un documental muy dirigido a promover el respeto a los animales y, en concreto, a evitar la extinción de los panda, pero el director ha tenido dos grandes virtudes: a pesar de mostrarse claramente “animalista” evita la “humanización” de los animales, lacra en el que tanto se cae en la actualidad, y, de otro lado, conduce a que la relación hombre-animal sea el medio a través del que, de rebote, se aborden las causas de las tensiones familiares, los déficits en la educación y en las relaciones interpersonales y se pone de manifiesto la gravedad de la ausencia del padre en el hogar. A la postre, incide a favor de la unidad de la familia y da un papel extraordinario a la abuela que, en el fondo, es la gran protagonista del film porque lo es de la transformación de los demás miembros de la familia.

La película está dirigida por Gilles de Maistre, que se ha especializado en un género familiar, con films sencillos pero con un razonable nivel de valores que las hacen recomendables para ver en familia, aunque no se trate de films notables desde el punto de vista cinematográfico. El cineasta es conocido sobre todo por su anterior película Mía y el león blanco (2018), en la que una niña de 11 años se hace amiga de un cachorro de león, pero iban en la misma línea El lobo y el león (2021), donde una joven que acababa de perder a su abuelo descubrió a un cachorro de lobo y otro de león que crecen juntos como hermanos; y Emma y el último jaguar (2024), sobre la amistad entre una niña y un jaguar.

Moon, mi amigo panda cuenta la historia de Tian, un adolescente de 12 años que está fracasando en la escuela. Tampoco tiene amigos. Su padre es muy exigente y solo le interesan los resultados escolares de su hijo, por lo que no acepta sus malas notas y nunca habla con él de otra cosa, ni le muestra cariño. La tensión es grande. La madre, en un intento de suavizar las diferencias, propone que el muchacho y su hermana vayan a pasar el verano en casa de la abuela en las montañas de Sichuan. El chico, indolente en todo lo que significa estudiar y poco trabajador en general, en una de sus primeras salidas al bosque cae en una oquedad donde encuentra a un cachorro de oso panda, que se convierte en su único amigo.

Esta relación muchacho-panda no solo sirve para que Tian de un vuelco en su actitud, sino que ayuda a que toda la familia valore lo realmente sustancial. Aunque el film habla de la importancia del mantenimiento del panda como especie, lo fundamental es lo referente a las personas, a sus relaciones, al amor entre ellas, a la generosidad, a darse cuenta de que los éxitos escolares o profesionales no son lo más importante. 

Reafirmando que no es un gran film, puede ser muy útil para la escuela y para cine fórums. Pueden debatirse valores éticos como responsabilidad, honestidad, respeto entre las personas, superación personal, cuidado del medio ambiente y de los animales y su hábitat, el valor de la familia, la necesidad imperiosa de relación intensa padres-hijos y de los padres entre ellos o la importancia del saber esperar a que las personas mejoren. Otros aspectos importantes son la relación intergeneracional, la buena relación entre personas diversas en raza o credo y la empatía de los jóvenes con sus abuelos. En este film, además, se explicita la transmisión de los valores y de la serenidad de los mayores ante situaciones que parecen no tener salida.

En suma, Moon, mi amigo panda es una película que, sin ser una maravilla ni destacar en el campo cinematográfico, no solo entretiene sino que educa y fomenta valores humanos esenciales, pudiendo ser una herramienta valiosa para padres y educadores.